La falsa bandera de la tercera opción
Los expertos politólogos que estudian la “transición” del socialismo al capitalismo en Europa del Este, dividen estos procesos según la forma en que llegó el “año cero” en: derrocamiento, sustitución, transformación, reaparición, reemplazo, reencarnación, continuidad, violencia.
Imagen creada con AIEsta división, sirvió para calificar de alguna manera la gradualidad con que se aplicó la “Terapia shock” radical en Polonia, Estonia y Albania y variaciones en el resto de los países, no menos duras. Persecución de los militantes comunistas, leyes draconianas que prohibían dar empleo a antiguos empleados de los gobiernos populares, a miembros de los ministerios del interior, a integrantes de los partidos comunistas, la cacería de brujas, estilo edad media, persiguió con saña a los herejes que denunciaban la estafa, unos pocos en honor a la verdad.
La Fundación Nacional para la Democracia (NED) mencionaba en uno de sus reportes anuales “el resurgimiento de personajes comunistas es un obstáculo para el desarrollo de las democracias funcionales”, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (EBRD) calificó el posible retorno de excomunistas al gobierno como un retroceso.
Incluso un alto funcionario de la Unión Europea públicamente mencionó a finales de los 90 que la oportunidad de Eslovaquia de entrar a la Unión se perdería si regresaba Vladimir Meclar al poder.
En 1991 se aprobó Ley de Lustración en la antigua Checoslovaquia que establecía la exclusión de la candidatura a las elecciones a miembros del aparato estatal comunista, este tipo de leyes fueron llamadas de des-comunización de las instituciones.
En casi todos los ex estados socialistas se aplicaron este tipo de medidas, en Estonia se aplicó a profundidad para limpiar de excomunistas las estructuras del estado. En Bulgaria se aprobó una ley que prohibía a los comunistas trabajar en la Banca y en la Educación y en el 2000 se declaró al sistema socialista como criminal.
Privatizaciones, despidos, pérdidas de derechos, persecuciones, nada dejaron en pie, el neoliberalismo salvaje cambió el rostro de las repúblicas populares socialistas, la careta se vino al suelo y el rostro inhumano del capitalismo mostró la mueca sórdida que la caracteriza.
El 26 de diciembre de 1991 la URSS firmaba su propia disolución. En los nueve años de presidencia de Yeltsin y su ‘terapia de choque’ económica, apoyada por el FMI y otros organismos internacionales, logró que el PIB del país se desplomara oficialmente al 40%, numerosas fábricas cerraron y el desempleo aumentó hasta el 22%.
El Socialismo Real fue sustituido por el Capitalismo del desastre, el sueño se evaporó con rapidez. La tercera vía es una falsa bandera enarbolada contra el socialismo, la izan siempre que la necesitan para impedir una revolución profunda, para mediatizarla o para ponerle fin.
Artículo ✍️📸 Raúl Capote, publicado originalmente en «Cuba en Resumen
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