Opinión | Guadalupe Orona | En Huehuetla, Hidalgo, la realidad refuta las cifras oficiales de pobreza
Mucho se habló en los medios de comunicación de las cifras oficiales que hablaban de una disminución considerable de los índices de mexicanos en pobreza; fue tema en el informe de la presidenta de la República como un logro de la actual administración.
Por Guadalupe Orona Urías*
La verdad no creo que exista un mexicano con sus cinco sentidos que no quisiera que las estadísticas no fueran, en este caso, un reflejo objetivo de la realidad. La siguiente denuncia del medio digital El Diario de Hidalgo, “Deslaves en El Tempezquite: abandono gubernamental en la Sierra Otomí-Tepehúa”, nos revela que estamos muy lejos de lo que dicen los datos proporcionados por el Inegi que, de acuerdo con estudiosos del tema, el método de medición está amañado o mínimamente es incorrecto.
Dicho medio digital nos informa que: “En la comunidad indígena de El Tempezquite (municipio de Huehuetla, Hidalgo) más de 150 familias viven bajo la constante amenaza de derrumbes e inundaciones”. Huehuetla, es uno de los municipios con mayores precipitaciones en el país; la nota nos informa que: “En la madrugada del pasado 14 de septiembre, con las fuertes lluvias, un nuevo y masivo derrumbe descendió de los cerros que rodean esta comunidad del municipio de Huehuetla, Hidalgo, dañando viviendas y cortando los ya precarios caminos de acceso. Las construcciones, muchas de ellas hechas con materiales endebles, sufren grietas, inundaciones y, en el peor de los casos, el colapso total. No hay seguros que cubran estos daños. Para sus más de 150 familias, este no es un evento aislado, el sonido de la tierra desgajándose es, para los habitantes de El Tempezquite, un recordatorio aterrador de una pesadilla recurrente, es el sexto incidente. Cada temporada de lluvias llega con la misma angustia: la certeza de que el cerro puede ceder en cualquier momento y la frustración de saber que sus reclamos por medidas de mitigación han caído, una y otra vez, en oídos sordos”.
La denuncia no solamente hace referencia a los desastres de los días recientes, la historia y el conocimiento de la región hacen referencia al abandono ancestral por parte de los gobiernos en turno: “La magnitud de la tragedia, es mayor al tomar en cuenta el contexto geográfico y social. El municipio de Huehuetla se localiza en el extremo norte del estado de Hidalgo, enclavado en la región conocida como Sierra Otomí-Tepehua. Esta zona es reconocida por su imponente belleza natural, pero también por ser una de las regiones con los índices de marginación y pobreza más altos de todo México…”. La misma nota nos informa de los datos oficiales, no son inventos del reportero en cuestión, son los propios datos del gobierno: “Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el municipio de Huehuetla presenta indicadores alarmantes: 98.2% de su población vive en situación de pobreza y/o vulnerabilidad, 75.8% en pobreza moderada y 25.5% vive en pobreza extrema, padecen carencia por acceso a servicios básicos en la vivienda 69.9% de los habitantes y carencia por acceso a alimentación, el 47%”. Es decir, casi 98 habitantes de Huehuetla, de cada 100, viven en pobreza, solo se salvan los caciques de rancho o algunos prósperos comerciantes.
Estas cifras “…se traducen en viviendas de adobe y madera, en la casi nula infraestructura de drenaje pluvial, en caminos de terracería que se vuelven intransitables con las lluvias, y en una economía de subsistencia basada en el campo. La pobreza los hace más vulnerables al desastre, y el desastre, a su vez, los hunde más en la pobreza…”. Ciertamente así viven la inmensa mayoría de los habitantes de todas las comunidades de Huehuetla, y como los de El Tempezquite, también “por años, han solicitado a la presidencia municipal y a dependencias estatales la construcción de muros de contención (gaviones) y la implementación de proyectos de mitigación de daños. Las respuestas han sido inexistentes: promesas durante campañas políticas que se esfuman después de las elecciones y la constante justificación de la «falta de presupuesto».
El testimonio de los vecinos es irrefutable, como el proporcionado a El Diario de Hidalgo por parte del señor Bertín Lázaro: “Aquí en El Tempezquite la carretera está tapada, el lodo tapó las zanjas, se metió a las casas y también el agua. Pedimos apoyo a la presidencia, ya van seis veces que entra el agua a su pobre casa. Vino la presidenta, cuando era candidata; cuando quieren el puesto, vienen a buscar a la gente, ya cuando ganan no nos quieren ver la cara”. Ayuda inmediata con máquinas para despejar el camino es urgente y necesaria, pero como dicen e insisten los pobladores, se necesitan soluciones estructurales y de largo plazo.
Los vecinos y el Movimiento Antorchista de la región han venido demandando atención de la presidenta municipal de Huehuetla, pero la señora que hoy gobierna ese abandonado municipio se ocupa de otros asuntos, menos de atender la terrible problemática que tienen que enfrentar sus gobernados para sobrevivir. Ahora toca el turno a la autoridad estatal remediar tan tétrica situación y a todos los habitantes hacer una fuerza social que exija atención y soluciones.
Columna anterior: Caminos dignos para Hidalgo
*Dirigente del Movimiento Antorchista en Hidalgo
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