Al parecer, a la mayoría de la población israelí no solo SE LA SUDA el genocidio que su ejército está cometiendo, sino que, además, quieren que los palestinos sean expulsados de lo poquito que aún no les han robado de su propia tierra. Israel simplemente no es una democracia, se parece más a una picadora de carne humana.
Los Jémeres Rojos, la Schutzstaffel y el Tzáhal, la misma familia. A este paso, el "antisemitismo" del que habla la propaganda israelita terminará por entenderse como una forma básica de defender los Derechos Humanos. (Claro que, a este paso, eso será cuando la ultraderecha sionista ya haya llevado a término el Holocausto Palestino con la complicidad de la población israelí y de no pocos gobiernos y empresas occidentales.).
Aumentan las voces contra los desmanes de Netanyahu, pero la población israelí vive ajena al sufrimiento en Gaza vía @eldiarioes
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