Y ahora, cuando todo se agota, llegan las llamas.
Sin medios, sin planificación, sin protección.
Vecinos con cubos, tractores y valentía hacen lo que las instituciones no hacen. Porque aquí el pueblo multiplica lo que el gobierno minimiza: donde ellos dan 100, nosotros damos 1000.

Arden Valdeorras, Manzaneda, Vilariño, Petín, O Barco, A Rúa, Rubiá, Vilamartín y tantas aldeas que hoy lloran. Arden nuestras raíces, nuestra ganadería, nuestra historia. Y mientras tanto, discursos vacíos, eufemismos y promesas de siempre.

Valdeorras no quiere perdón ni palabras bonitas.
Queremos soluciones reales:

• Prevención y limpieza de montes.
• Medios aéreos y terrestres suficientes.
• Estrategias claras de actuación.
• Inversión en transporte, comercio y empleo para que esta comarca vuelva a ser lo que fue.

Valdeorras no es ceniza. Es vino, es pizarra, es montaña, es río, es gastronomía, es vida.
Y exigimos respeto, justicia y futuro.

Porque si dejamos morir Valdeorras, mañana arderá toda Galicia.

#valdeorras