Un tribunal de mayoría conservadora juzgará al fiscal general por el correo de la pareja de Ayuso

La magistrada Ana Ferrer y el nuevo presidente Andrés Martínez Arrieta se suman a los cinco jueces que abrieron la causa hace casi un año: la ponente Susana Polo, Manuel Marchena, Antonio del Moral, Carmen Lamela y Juan Ramón Berdugo

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Un tribunal de mayoría conservadora juzgará al fiscal general por el correo de la pareja de Ayuso

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El Supremo tumba otra denuncia de Vox y critica que haya intentado que los jueces “interfieran” en la investidura de Sánchez https://www.eldiario.es/politica/supremo-tumba-denuncia-vox-critica-haya-intentado-jueces-interfieran-investidura-sanchez_1_10792122.html Alberto Pozas #TribunalSupremo #SantiagoAbascal #CarmenLamela #PedroSánchez #Investidura #Amnistía #Vox
El Supremo tumba otra denuncia de Vox y critica que haya intentado que los jueces “interfieran” en la investidura de Sánchez

El Tribunal Supremo ha dictado una resolución en la que recuerda a Vox que los jueces no pueden "interferir" en la elección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Los jueces, según ha sabido elDiario.es, han confirmado la inadmisión de una denuncia en la que el partido de Santiago Abascal pedía imputar al líder del PSOE y a representantes de los partidos independentistas por las negociaciones que desarrollaron para la investidura, incluyendo la ley de amnistía. Los jueces reprochan a la extrema derecha que haya intentado usar el Supremo para frenar un proceso político: "Son actos propios de la actividad política sobre los que esta Sala no puede interferir", explica el tribunal. Se trata de una de las múltiples denuncias y querellas que Vox interpuso contra Pedro Sánchez, otros miembros del Gobierno y los socios de investidura con el objetivo, según el propio partido, de frenar su nombramiento como Presidente del Gobierno. En este caso, la denuncia atribuía delitos de conspiración para la rebelión, prevaricación, cohecho y malversación a Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Félix Bolaños así como contra Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Arnaldo Otegi y los integrantes de la Mesa de Diálogo de Catalunya. Les acusaba de buscar “la subversión del orden constitucional” y “asegurar la impunidad absoluta en caso de ejecutar la separación de Cataluña del resto de España”. La sala que preside Manuel Marchena, tal y como reveló este periódico, decidió inadmitir la denuncia al no ver indicios de delito en esas negociaciones políticas. Vox volvió a la carga con un recurso, ahora también rechazado, en el que decía que los hechos le daban la razón: lo que antes reconocen que eran "meras conjeturas" o "actos preparatorios" ahora, una vez nombrado Presidente, constituye hasta cuatro delitos distintos. Los jueces, en primer lugar, reprochan a Vox que vaya añadiendo hechos políticos nuevos a sus denuncias para intentar que prosperen. Incluso, recuerdan, cuando la denuncia que afirman estar ampliando ya fue inadmitida en firme hace meses. Pero la magistrada Carmen Lamela, ponente del auto, va más allá en sus razonamientos y explica que las negociaciones políticas entre partidos para una investidura no pueden ser objeto de estudio penal. "Las negociaciones entre las fuerzas políticas para articular una mayoría que permita la investidura de un Presiente de Gobierno son actos propios de la actividad política sobre los que esta Sala no puede interferir", dice de forma clara la Sala de lo Penal a la petición de Vox de que el Presidente del Gobierno y parte de su gabinete sean imputados por buscar la investidura. Sobre las alusiones a la ley de amnistía, los jueces explican que cualquier análisis sobre eso será cosa del Tribunal Constitucional y no del Supremo. "Correspondiendo al Tribunal Constitucional y no a este Tribunal determinar si efectivamente las leyes aprobadas o que puedan aprobarse son conformes con ordenamiento constitucional", añade el auto antes de rechazar este recurso de Vox. "El archivo de las actuaciones era procedente". Intento fallido de paralizar la investidura El partido de Santiago Abascal puso en marcha en varios frentes su oposición a la investidura de Pedro Sánchez. En el parlamento, donde votaron en contra, en la calle, apoyando las manifestaciones de la calle Ferraz que han terminado en disturbios, y finalmente en los tribunales. Intentaron sin éxito que el Supremo paralizara de forma cautelarísima los debates de investidura presentando una querella todavía pendiente de admisión o inadmisión. Allí donde Vox vio una necesidad urgente de paralizar la investidura, el Supremo entendió que no existían elementos "que justifiquen la procedencia de suspensión del acto parlamentario dirigido a la investidura del presidente del Gobierno". En el caso de esta denuncia, el partido de extrema derecha ha ido presentando ampliaciones y recursos contra la primera inadmisión para intentar superar el primer filtro de los jueces de la Sala de lo Penal, algo que no han conseguido ni una sola vez en los últimos años con distintos pleitos interpuestos contra rivales políticos y miembros del ejecutivo central. La dinámica habitual del partido de Abascal, consistente en anunciar y difundir sus querellas y denuncias y después callar cuando el Supremo les notifica auto tras auto de inadmisión y archivo, se repite en este caso. El auto del tribunal que revela hoy elDiario.es fue dictado a mediados del mes de diciembre y se trata de una resolución contra la que "no cabe recurso alguno", dice el auto.

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Esto no va solo de Villarejo

José Manuel Villarejo lleva toda la vida mintiendo y durante mucho tiempo no le fue nada mal. Sus engaños, revestidos de razón de Estado, servían a los intereses espurios del gobierno de turno. En nombre de ese Estado y con la cooperación imprescindible de no pocos periodistas (la mayoría aún siguen ejerciendo como tales) investigó a personas que no habían cometido ninguna ilegalidad, falseó documentos para inculparles o se inventó delitos fiscales en Venezuela. Todo para intentar frenar al independentismo y a Podemos.  Eran maniobras sin amparo judicial que contaban con el beneplácito de la dirección del Ministerio del Interior cuyo titular era Jorge Fernández Díaz. Se superó cualquier límite democrático y con la misma falta de ética, Fernández Díaz, quien siempre se presentó como un fiel escudero de Mariano Rajoy, sigue todavía dando lecciones de moral en su tribuna en La Razón.    Villarejo, tanto en los años en que tenía rango de comisario como cuando dejó de serlo, respondía a una estrategia política. Él se llenaba los bolsillos a cambio de cumplir con las misiones encomendadas. Fue así hasta que en 2014 un periodista, nuestro compañero Pedro Águeda, que a diferencia de otros nunca tomó parte, ni antes ni ahora, en la guerras entre el excomisario y algunos de sus antiguos colaboradores, destapó la Operación Catalunya. El hedor de la cloaca se hizo cada vez más insoportable y los mismos que le dieron medios y recursos para que se encargase del trabajo sucio empezaron a renegar de él. Villarejo actúo como siempre, enfangando, pero para intentar salvarse de las causas judiciales que le acorralan, decidió que no caería solo. Mentiría lo que hiciese falta, nada se le da mejor, e incluso podría decir alguna verdad. O dejaría caer insinuaciones que sirviesen de munición informativa y el tiempo dirá si también serán motivo de alguna condena judicial.  Con esa voluntad, la de salvarse y pasar cuentas, se sentó en un plató de TV3 en mayo del 2022. En su entrevista, apuntó directamente –aunque sin pruebas para corroborarlo– contra la magistrada Carmen Lamela, quien mantuvo a Sandro Rosell casi dos años en prisión preventiva para terminar absuelto, en un uso claramente desproporcionado del poder de los jueces de instrucción para enviar a alguien a la cárcel a la espera de juicio. Esta fue la literalidad: “Se entendía que el Barça era un elemento digamos vinculado al independentismo que había de desestabilizar. Entonces se habló con una jueza que se llamaba Lamela y esa jueza estuvo de acuerdo y pidió una serie de cosas, entre otras cosas ir al Supremo, como luego fue”.   El excomisario añadió que la jueza Lamela "tenía una vinculación tremenda con el CNI", el enemigo que el comisario jubilado ve detrás de todos sus problemas judiciales. Y se ofreció a contar en sede judicial todo lo que había dicho en la entrevista en su propia "catarsis". Lo que sí sabemos es que la defensa de Rosell pidió hasta tres veces a la jueza Lamela la comisión rogatoria de EEUU con la que se inició su causa en la Audiencia Nacional, y que por tres veces la magistrada se la negó aduciendo que los papeles se habían devuelto a las autoridades estadounidenses. En cambio, cuando la causa pasó al tribunal que absolvió a Rosell, la comisión rogatoria apareció. Se debió a un "error" de Lamela que se subsanó, según la explicación que dio el Supremo cuando rechazó la querella de Rosell contra la magistrada de su mismo tribunal. Aunque sea a partir de la palabra de alguien tan poco fiable como Villarejo, la Justicia tiene la oportunidad de investigar de una vez las maniobras contra el independentismo gracias a la querella interpuesta por el expresidente del Barça. Hasta ahora únicamente se ha castigado su movimiento más burdo, el intento de adulterar el caso Pujol. Pero los jueces no solo han rechazado investigar la Operación Catalunya en su totalidad sino que han impedido, de momento, el intento de la Justicia andorrana de averiguar hasta qué punto Mariano Rajoy tuvo conocimiento de las maniobras sin control judicial en el principado para dar con las cuentas de la familia Pujol. En España, en cambio, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón se negó en 2021 a investigar la Operación Catalunya alegando que Villarejo “captaba información” sobre corrupción. Con los mismos argumentos que le sirvieron para abrir la investigación sobre las maniobras del PP para hacerse con documentación comprometedora de Luis Bárcenas, el juez se negó a indagar sobre las maniobras contra el procés. Los anteriores intentos de afectados por la cloaca policial acabaron igualmente en el archivo de los juzgados. Solo tres ejemplos: la querella de Xavier Trias por su falsa cuenta en Suiza; la del PDeCAT por la confabulación entre Fernández Díaz y el entonces director de la Oficina Antifrau Daniel de Alfonso; o la denuncia de los 33 jueces que firmaron un manifiesto a favor del derecho a decidir y vieron que sus fotos de DNI acabaron en La Razón. Este último caso terminó como otras tantas causas archivadas sobre asuntos sensibles para la unidad de España, con una condena del Tribunal de Estrasburgo al Estado por no haber investigado lo suficiente de qué unidad policial provino la filtración. –––––––– Antes de que dejes de leer... elDiario.es se financia con las cuotas de 60.000 socios y socias que nos apoyan. Gracias a ellos, podemos escribir artículos como éste y que todos los lectores –también quienes no pueden pagar– accedan a nuestra información. Pero te pedimos que pienses por un momento en nuestra situación. A diferencia de otros medios, nosotros no cerramos nuestro periodismo. Y eso hace que nos cueste mucho más que a otros medios convencer a los lectores de la necesidad de pagar. Si te informas por elDiario.es y crees que nuestro periodismo es importante, y que merece la pena que exista y llegue al mayor número posible de personas, apóyanos. 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