A Senda le gustaba bañarse en el mar. No es nada raro, siendo un perro de aguas. Y puede que suene divertido pero en realidad era un engorro, porque después había que bañarla, pero es algo que a mí me hizo mucha gracia y me sorprendió mucho cuando mi mujer me lo contó la primera vez.
Y tengo que confesarlo: yo soy el típico al que no le gustaban los perros. (Sigue)👇