Lejos de mí alentar a cualquier mujer a posturas heteropesimistas, pero... Hace falta que los tíos espabiléis, en general. No hablo de seguir a feministas en redes sociales y leer libros de las grandes teóricas, aunque eso nunca viene mal. Hablo de empezar de hacer el curro de atender (atender de verdad) a las mujeres de vuestro entorno y haceros un poquito de cargo de vuestra propia vida social y emocional.
¿Que es super complicado apoyarse en otros tíos porque a menudo no están emocionalmente disponibles y ya ni digamos cuando directamente son gilipollas y por eso es más cómodo y fácil hacerlo con tu novia o amiga especial? Sí, lo sabemos. Es justo lo que nosotras mismas sufrimos con nuestros amigos, parientes hombres y compañeros sexoafectivos. Y aun así aquí estamos, haciendo curro emocional de más que es hasta sociológicamente mensurable.
El hombre que no se apoya en amigos se apoya emocionalmente en su mujer (o hija, hermana...) y luego ella para aliviar la carga se va a hablar con su amiga. ¿Resultado? Ni cuando nos juntamos entre amigas logramos sacarnos de la cabeza a los hombres porque son una preocupación constante y el malestar masculino se vierte en cadena entre las mujeres, que hacemos lo que podemos para soportar el impacto.
La masculinidad se inculca a través del trauma (como explica tan bien bell hooks en 'El deseo de cambiar'), pero la feminidad ni os cuento. Y encima los efectos del trauma de las masculinidad nos los comemos las mujeres del entorno con pataticas.
El tono del toot a lo mejor es duro porque una a veces tiene que desahogarse o ponerse seria para poner nombre a algo que es doloroso señalar, por una misma y por los hombres a los que quiere o ha querido. Pero mientras tanto la vida sigue, yo tengo amigas y amigos e intento ser comprensiva y paciente y no dejar tirado a nadie porque al final todos tenemos problemas y sé que no es fácil. Lo uno no es incompatible con lo otro.