Artículo: “El sueño de Athos” de Pablo d’Ors (autor del recomendabilísimo “Biografía del Silencio”, sobre meditación).
No tengo tiempo de transcribirlo todo, así que pongo a continuación el OCR puro (me ocupará más de un mensaje):
4Ha sonado la hora en que, desde un talante integrador, los europeos de hoy nos hagamos cargo de nuestra tradición judeocristiana y griega de ayer, que no es sólo filosófica y artística, sino transracional o místic han hablado del logos, pero poco del pneuma: nos han . Porque mucho nos turado de información, pero no hemes entrado aún en el misterio de eso que llamamos energíar L monte Athos es una república teocrd- ticaen una península al norte de Grecia. famosa por su discriminatoria medida de prohibir la entrada a toda hembra. sea persona o animal. Se erige allí, todavia hoy. una comunidad monàstica, fundadaen 963 bajo la Regla de San Basilio. Més de una veintena de monasterios, situados en alucinantes parajes escarpados y batiados por el sol del Mediterràneo, quedaron para siempre grabados en mi retina. Partícipéen las solemnes liturgias bizantinas y me entrevisté con algunos ermitafios sobre la oración del corazón. sobre la que, recientemente. he publicado un breve ensayo, titulado Devoción: Los orígenes de la meditación cristiana estón ahí. en Athos. Los hesicastas oathonitas -así se es llamason, en el cristianismo, los primeros buscadores de la paz interior por medio del silencio y la quietud. El hesicasmo, una corriente espiritual que va del siglo Val XVIII, tuvo una primera etapa. la sinalta, en torno al 400 en los desiertos de Egipto, y una segunda. laatonita, cuandoel centro de la prúctica meditativa se desplazó del Sinaí a la amontafia santav de Athos. Se construyeron decenas de ermitorios y llegaron a vivir allí miles de consagrados. Todavía hoy algunos buscadores cristianos, como yo mismo, nos atrevemos a viajar a este fascinante lugar. de bastante dificilacceso. Albergo un suenio: refundar Athos, recrear una versión laica, mixta y contempordnea. de lo que este cen: tro deirradiación espiritual supuso hace milenio y medio: reconstruir lo que somos desde lo que fuimos (etodo lo que no es tradición es plagion), pero con lo que hemos aprendido a lo largo de todos estos turbulentos siglos. Los occidentales no podemaos seguir ignorando el inmenso y hermoso patrimonio del que somos herederos. Tras una década en la universidad, con Jos jóvenes, yotra en un hospital, atendiendo a enfermos y moribundos. puedo dar testimonio de, al menos, dos certezas, La primera es el declive, cuando no decadencia, de la Iglesia católica, al menos en Europa: en la mayor parte de las diócesis, los seminaristas pueden contarse con los dedos: rara vez se encuentra algún manual de teología que merezca su lectura: los obispos estén desconcertados, por decirio con benevolenCia:los feligreses acuden en decreciente número a las misas dominicales: apenas se celebran ya bautizos: la familia es. seguramente, lo que més ha cambiado, Y son pocas las parejas que contraen matrimonio eclesióstica, los confesionarios, en los templos en que aún seencuentran. parecen reliquias de otro siglo: sóloel Papa es noticia, ademés de las depravaciones sexuales de no pocos clérigos.. Yo amo a la Iglesia. pues por su mediación me llegó Cristo. Pero no es sensatoiignorar estos hechos. La segunda convicción de la que quiero dar fe es que, siendo honda la crisis espiritual de nuestro tiempo, existe en muchos, en muchísimos. una verdadera sed de sentido y trascendencia. La proliferación de Dodcests sobre crecimiento seronal y desacet- las de yoga. por poner ejemplos palmarios, pero también el prestigio que va adquiriendo el’mindfulness’ en nuestros centros educativos, y hasta en empresas, muestran que la búsqueda de Dios sigue viva. si bien ya no bajo el paraguas de las religiones institucionalizadas. Como pastor que soy, escucho en todo esto, y en tantos otros signos, el grito de mi pueblo. Es preciso responder al imperio del materialismo y. aunque parecerd osado, tengo una propuesta: el’neomonacato: 1 monje tradicional se apartaba del mundo para entregarse l oficio divino. El’neomon- € omonje secular no cree en esta separación, sino en la integración: practica una fuga mundi’intermitente, se va para regresar con el corazón en susitio.