@caribou No recuerdo los detalles pero una persona contó que cuando era niño se quedó a dormir en una casona vieja de la familia en tiempos Navideños. A él y a dos de sus primos los pusieron en un mismo cuarto. Los primos escogieron una litera y él la camita individual. Luego de mucho jugar, conversar y bromear se dispusieron a dormir. A la media hora creyó que su primo menor le tomaba su mano como solía hacer cuando dormía en su cuarto porque le daba miedo la oscuridad pero se dio cuenta de una cosa: El primito estaba en la litera superior y por si fuera poco la distancia era mucha como para tocarse, además se había dormido de los primeros.
Cuando estaba a punto de alarmarse recordó al otro primo que de seguro le estaría haciendo una broma, hasta que se concentró en la textura rugosa, fría y grande de esa mano. Gritó de golpe despertando a ambos primos. Prendieron la luz y no había nada más que una estela de frío en el lugar.
Más grandes se enteraron que en ese sitio solían espantar pero no saben qué o quién fue el que le agarró la mano ni qué quería...

La moraleja de la historia es nunca dormir con las manos colgando fuera de la cama.

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