Tortilla de patatas al gusto de oscar
Tortilla de Patatas al gusto de Oscar
Ingredientes:
- 3 patatas medianas, las que tengas a mano
- 1 cebolla, esa fiel compañera de la cocina
- 5 huevos, frescos, de los que siempre vienen bien
- Aceite de oliva, generoso pero con sentido
- Sal, al gusto y sin miedo
Esta tortilla no es una obra maestra de la alta cocina. No lleva ingredientes exóticos ni procesos complicados. Es la tortilla de la despensa, la que nace del apuro, del «no sé qué hacer con esto» y del «no tengo más que esto y me da hambre».
El secreto Oscariano: mientras pelas y pelas las patatas, y las cortas en rodajas que no tienen por qué ser perfectas, empieza a calentar el aceite. Pero nada de prisas, ni fuego fuerte que queme o que haga chirriar el aceite. Fuego lento, muy lento. Como quien medita contando pensamientos, o quien espera un mensaje que nunca llega.
Las patatas se sumergen en ese líquido dorado, besándose unas a otras y soltando su alma al aceite caliente. Aquí es cuando la paciencia se vuelve la mejor compañera. Puedes dejarte tentar por el móvil, por internet, por las noticias que siempre llegan con urgencia, pero este es el momento para rendirse. Desconectar, apagar la prisa, dejar que la cocina te enseñe el valor de esperar.
Cuando las patatas empiezan a estar blanditas pero sin perder su forma, añades la cebolla cortada en juliana fina, que con su dulce aroma recuerda a tardes de domingo y charlas tranquilas. La cebolla se cocina lentamente, casi sin hacer ruido, mezclando su dulzura con el aceite y las patatas.
Mientras tanto, bate los huevos con una pizca de sal, con la mano firme pero blanda, con la mente tranquila. No pienses en llegar rápido o en resultados perfectos. Piensa en la sencillez, en la honestidad de lo que estás haciendo.
Cuando las patatas y la cebolla estén listas, escúrrelas con cuidado para no perder ese aceite que sabe a calma y a hogar. Luego mezcla suavemente con el huevo. Vierte todo en la sartén y cocina a fuego medio-bajo, dejando que ese milagro cotidiano se forme poco a poco, dándole la vuelta con cuidado cuando notes que la base está cuajada y dorada.
Y ahí tienes la Tortilla de Patatas al gusto de Oscar, que sabe a paciencia, a renuncia temporal a la prisa, a aceptar lo que hay, a encontrar en lo sencillo un placer profundo. No es la tortilla perfecta, es la tortilla honesta, la que nace del tiempo detenido, del internet que no funciona, y de un alma que solo quiere comer bien y con calma.
Por supuesto, la cebolla está ahí para recordarte que la vida también necesita dulzura.
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